Yo me llamo Adolfo, siempre fui un chico normal, un verano me llevaron mis padres a Córdoba a pasar quince días a casa de mi tía Pepita que tenía un solo hijo de veintiún años.-
Él como mayor que era se hizo cargo de mí.-Nos dimos un paseo por la orilla del rio, me invitó a un helado y después nos fuimos para casa.-Como en Córdoba hace mucho calor, me propuso que nos ducháramos y así hicimos, nos metimos en el cuarto de baño y él se desnudó por completo, yo lo miraba a través del espejo y observé la polla tan grande que tenía, se estuvo enjabonando y cada vez se le ponía mas grande.-
Entonces me pidió que me desnudara y me metiera en la ducha con él, yo sentía como el agua me corría por todo el cuerpo, un cuerpo sin un pelo, solo en la región púbica tenia una frondosidad morena, él de broma me echaba agua y me restregaba la esponja, de vez en cuando notaba una piel muy suave que me daba toques en el culo, me dio vergüenza y me salí para secarme.-
Después de cenar, él salió a la terraza a fumarse un cigarrillo y después nos fuimos a su cuarto ya que se suponía que dormiríamos en su cama, una cama grande antigua con sábanas frescas y blancas.- Él se desnudó por completo y se acostó, yo abrí la maleta para buscar el pijama y él se echó a reír, diciéndome que los jóvenes deportista se acostaban encueras.-
Así hice, apagó la luz y yo le di las buenas noches y le dije que estaba muy cansado y que cuando cogiera el sueño ni un cañón me despertaría.- A los diez minutos oí como me llamaba, primero muy quedamente y después más fuerte, yo me hacía el dormido a ver como terminaba esto, sentía una curiosidad muy grande a lo desconocido.-
Mi primo me cogió la mano derecha y me la apretó para comprobar mi grado de somnolencia, después lentamente tiró de ella hasta llevarla hasta su polla, con mucho cuidado me fue cerrando los dedos hasta abrazarla por entero, entonces me di cuenta la polla tan enorme que tenía, la sentía palpitar y latir en la palma de mi mano, estaba muy caliente.-La respiración de mi primo se hizo muy agitada y me cogía la muñeca para que yo le subiera y le bajara la piel suave de su carajo.-
Yo a pesar de hacerme el dormido profundo no aflojaba los dedos porque me di cuenta de que me gustaba aquello y que yo tenía también la polla tiesa.-De pronto lanzó un quejido y me apartó la mano bruscamente, me di cuenta que se estaba corriendo no sin antes dejarme una gota de su leche pegajosa.- A los pocos minutos se quedó dormido pesadamente y entonces me masturbé yo...
Al día siguiente nos fuimos a ver un concurso de pesca, él se comportaba como distraído pero me estuvo invitando toda la mañana.-Por la tarde después de comer me dijo que si me apetecía echar una siesta, le dije que sí que yo la echaba siempre.-Otra vez el mismo ritual, se puso en pelotas y yo también, me hice el dormido y otra vez cogió mi mano, yo estaba deseando que lo hiciera, así que al iniciar el movimiento de subida y bajada, eran tantos los deseos que yo tenía de hacerlos que por mi cuenta le estaba haciendo una paja, él se dejó hacer hasta que se corrió en mi mano, después noté como me la limpiaba con un toalla.-
Por la tarde fuimos al cine y me preguntó que si alguna vez había tenido contactos con hombres, naturalmente le dije que no, que solo una vez hacía un año un amigo me había hecho una paja y yo se la había hecho a él.-No me dijo nada.-Por la noche estuvimos cenando y él se fue a la terraza a fumarse su cigarrillo, en la mano llevaba un vaso con un cuba libre, me dio a beber unos sorbos y como vio que me gustaba, me preparó otro, me lo bebí a largos tragos porque estaba riquísimo y empecé a tener una erección pensando en lo que vendría después.-
Nos desnudamos y de reojo miraba la entrepierna de mi primo y le veía a polla completamente empalmada, no sé porque me dio miedo, nos metimos en la cama y sin decir palabra, sabiendo que estaba despierto mi primo me puso la polla en la mano, yo empecé a darle y a hacerle una paja, notaba que me recorría por la espalda como una corriente eléctrica al notar ya a placer la longitud y el grosor de su miembro, él entonces me puso de espaldas a él, me separó las piernas y me la metió entre ellas, empezó a moverse cada vez con más ímpetu hasta que se corrió entre mis muslos, cuando me sentí la leche caliente entre ellos yo también me corrí.-Todo esto sin cruzar una palabra.
Al día siguiente fuimos por la mañana a jugar al billar, después me invitó a un vasito de vino y a unas tapas y después dos más, total que me mareé y llegué a casa de mi tía sin ganas de comer, ella no estaba y nos fuimos directamente al dormitorio, al desnudarse mi primo ya esta totalmente enhiesto su gran pollón, yo estaba sentado en la cama y él me lo acercó a la cara yo no sabía lo había que hacer, con su hermoso y suave glande me dio en los labios como si me los pintara, fue poco a poco haciendo presión hasta abrírmelos y metérmela en la boca.
Yo nunca se la había mamado a nadie y él me aconsejó que no le diera con los dientes, yo notaba como el glande se le inflamaba hasta sentir un violento chorro de leche en mi boca, quise sacarla porque me atragantaba pero él sentía tanto y tan fiero pacer que no me dejaba hasta terminar de correrse.-
Cuando la sacó me fui corriendo para el cuarto de baño y empecé a devolver, no devolvía porque me diera asco su leche, sino porque la polla me había llegado muy profunda en la garganta y me daban náuseas.-Mi primo vino a mi lado pidiéndome perdón y demostrando estar muy arrepentido yo le dije nada y me acosté a su lado, entonces ya sin timidez ninguna, le cogí su gran polla y empecé a sobarla lentamente, otra vez alcanzó su máxima robustez y me dijo que si intentaba metérmela por el culo.-
Yo me negué rotundamente porque tenía miedo a que me pudiera destrozar el esfínter con su enorme verga, entonces sin que me dijera nada se la empecé a chupar muy lentamente, él se puso las manos detrás de la nuca y me dijo que ya no ocurriría lo de la vez anterior pero que por favor, que cuando se estuviera corriendo no me la sacara de la boca.
Empecé como digo a mamársela muy lentamente acariciándole todo el glande con la lengua hasta írmelo metiendo poco a poco hasta notar una gotitas de sabor salino que me dejaban la boca áspera, de nuevo el glande se le hinchó y empezó a soltar chorreones de leche, yo me la iba tragando para no sacarme la polla de la boca y no quitarle ni ápice de placer.
Cuando sentí toda su leche en mi boca me dio tal placer que me corrí con violencia.-En ese instante oímos ruidos en la puerta de la casa, nos vestimos apresuradamente y resultó que eran mis padres que venían para llevarme de viaje.-Mi primo me dijo que vendría a mi casa porque estaba enamorado de mí.
Ya hablaremos de esto otro día.
Martes, 9 de septiembre del 2008
JUEGOS SEXUALES : De Sebastián
Hola, mi nombre es Sebastián y tengo 25 años. Soy de una gran ciudad de Argentina que no es Buenos Aires ni Rosario. Soy gay desde hace ya varios años aunque como he oído o leído por ahí todavía no he salido del "closed". Ésta, más que una historia, es una anécdota, ya que es totalmente verídica. Corría el verano del 2002 y oh casualidad! estaba con gripe, motivo por el cual estaba en cama...
Llegó mi primo Eduardo de unos 30 años a visitarnos y vino con otro primo en común: Nicolás, que es casi un año mayor que yo. Nos pusimos a conversar en la habitación, que por cierto en esa época por razones de fuerza mayor (familiares) yo tenía que compartir con mi mamá. Todo iba bien hasta que con Nico nos pusimos a hablar de sexo y salió a colación el tema del "tamaño"... Yendo y viniendo en el tema, le propuse a mi primo que nos las mostráramos, si, a las respectivas pijas y ya se nos habían parado a ambos. Sólo nos las miramos y nos hicimos chistes, pero yo se la toqué porque me llamaba mucho la atención, era apenas más grande que la mía y doblada hacia un costado... esto aconteció un día de semana...
Dos fines de semana después, viene a casa de nuevo mi primo pero esta vez con su hermano Daniel, casi un año menor que yo, mucho más delgado que Nicolás y medio rubiecito. Yo siempre tuve mayor afinidad y amistad con él que con Nicolás, pero nunca pensé que podría suceder lo que sucedió... Como de costumbre, nos encerramos solos en la habitación de mis hermanos y nos pusimos charlar. Nicolás se quedó en la cocina con los demás. La conversación tomó un rumbo inesperado y que ni deseé, Dani comenzó a hablar de sexo y se me paró y le conté lo que habíamos hecho con el hermano. Él me propuso hacer lo mismo pero mejor... Me dijo: "Yo me quedo a dormir en estos días y jugamos a ser hombre y mujer y..." ya se darán cuenta de lo que seguía en la propuesta. Yo acepté sin dudarlo y unos días después Daniel vino a quedarse a dormir. Para ello preparamos un colchón en el garage de casa según nosotros para no molestar al conversar de noche.
Cuando ya todos estuvieron dormidos y obviamente nosotros acostados, nos quitamos la ropa quedando sólo en calzoncillos. Comenzamos a acercarnos y de la nada él me propone besarnos. Para ser más chico que yo parecía tener muy claro qué hacer aunque se notaba que estaba un tanto nervioso también por la situación. Yo en ese entonces di mi primer beso ¡y que beso! Él se puso encima de mí y me besaba, yo entonces cambié de actitud y me subí encima suyo. Lo disfrutábamos mucho. Se levantó un poco y se metió el calzoncillo en el culo como si fuera una tanga y me tomó de las manos para que yo se lo acariciara. Yo comencé a besarlo frenéticamente. En eso me da vuelta, para que yo quedé mirando el techo, se pone a la altura de mi pija y me empieza a bajar la ropa interior. Mi pija ya estaba a full.
Para continuar calentándome comenzó a besar en las inmediaciones de mi pija, me besaba por encima del vello púbico hasta que empezó a besar mi glande y su raja... ¡Ay que sensación! Yo suspiraba hasta que de pronto siento que un calor invade mi pija y era que se la estaba tragando entera y cada vez más con cada envión. Todo eso que estaba haciendo Daniel me ponía a mil. Dentro de mí sentía cosas que nunca había experimentado ni en ninguna de mis muchas pajas... ¿Qué pasó después? Bueno, él se sentó en mi pija y comenzó a moverse con un muy buen ritmo (el cual costó adquirir al principio)... Se movía despacio, lento, de momentos rápido, lo gozaba hasta que no pude aguantar más y estallé dentro suyo llenándole de leche su duro y lampiño culo...
Después de eso yo me dispuse a ayudarle a acabar y sin ningun reparo y aunque nunca lo había hecho ni había visto hacerlo ni mucho menos había deseado hacerlo, le comencé a chupar la pija. La tenía muy dura y bien recta, se le pegaba al pubis y era larga pero fina. Me encantaba tenerla en mis manos y por eso sin dudarlo me la metí en la boca y se la chupé con mucho gusto. Yo se la seguía chupando y a la vez alternaba con muy buenas pajas. Él aguantó lo más que pudo y acabó en mi mano (ya que no me animé a que lo hiciera en mi boca, al menos todavía no me animaba). Después de eso, nos limpiamos bien y nos "acostamos a dormir", pero esta vez en serio.
De esa forma fue como perdí mi virginidad. De la manera más espléndida (al menos para mi) y menos pensada. En ese momento descubrí que me gustaban los chicos y que a lo mejor siempre me habían gustado por algunas cosas que comencé a pensar y a recordar desde entonces.
Bueno, esa fue la primera vez que estuve con otro chico, con mi primo aunque no fue la última. Seguimos haciendo esas "cosas" por lo menos dos años más, pero me fui dando cuenta que para él "sólo era jugar al hombre y a la mujer". Hoy, él está en pareja con una muy linda chica y están esperando su segundo hijo/a.
Pese a eso, yo aún lo recuerdo muy bien y si lo veo le saludo bien, aunque del tema nunca más hablamos, aunque debo confesar que me encantaría volverlo a hacer con él. Repito, para él era un juego, pero para mi era como tocar el cielo con las manos.
Acepto críticas y/o comentarios, escríbanme.
sebasuperhot (arroba) hotmail.com
Llegó mi primo Eduardo de unos 30 años a visitarnos y vino con otro primo en común: Nicolás, que es casi un año mayor que yo. Nos pusimos a conversar en la habitación, que por cierto en esa época por razones de fuerza mayor (familiares) yo tenía que compartir con mi mamá. Todo iba bien hasta que con Nico nos pusimos a hablar de sexo y salió a colación el tema del "tamaño"... Yendo y viniendo en el tema, le propuse a mi primo que nos las mostráramos, si, a las respectivas pijas y ya se nos habían parado a ambos. Sólo nos las miramos y nos hicimos chistes, pero yo se la toqué porque me llamaba mucho la atención, era apenas más grande que la mía y doblada hacia un costado... esto aconteció un día de semana...
Dos fines de semana después, viene a casa de nuevo mi primo pero esta vez con su hermano Daniel, casi un año menor que yo, mucho más delgado que Nicolás y medio rubiecito. Yo siempre tuve mayor afinidad y amistad con él que con Nicolás, pero nunca pensé que podría suceder lo que sucedió... Como de costumbre, nos encerramos solos en la habitación de mis hermanos y nos pusimos charlar. Nicolás se quedó en la cocina con los demás. La conversación tomó un rumbo inesperado y que ni deseé, Dani comenzó a hablar de sexo y se me paró y le conté lo que habíamos hecho con el hermano. Él me propuso hacer lo mismo pero mejor... Me dijo: "Yo me quedo a dormir en estos días y jugamos a ser hombre y mujer y..." ya se darán cuenta de lo que seguía en la propuesta. Yo acepté sin dudarlo y unos días después Daniel vino a quedarse a dormir. Para ello preparamos un colchón en el garage de casa según nosotros para no molestar al conversar de noche.
Cuando ya todos estuvieron dormidos y obviamente nosotros acostados, nos quitamos la ropa quedando sólo en calzoncillos. Comenzamos a acercarnos y de la nada él me propone besarnos. Para ser más chico que yo parecía tener muy claro qué hacer aunque se notaba que estaba un tanto nervioso también por la situación. Yo en ese entonces di mi primer beso ¡y que beso! Él se puso encima de mí y me besaba, yo entonces cambié de actitud y me subí encima suyo. Lo disfrutábamos mucho. Se levantó un poco y se metió el calzoncillo en el culo como si fuera una tanga y me tomó de las manos para que yo se lo acariciara. Yo comencé a besarlo frenéticamente. En eso me da vuelta, para que yo quedé mirando el techo, se pone a la altura de mi pija y me empieza a bajar la ropa interior. Mi pija ya estaba a full.
Para continuar calentándome comenzó a besar en las inmediaciones de mi pija, me besaba por encima del vello púbico hasta que empezó a besar mi glande y su raja... ¡Ay que sensación! Yo suspiraba hasta que de pronto siento que un calor invade mi pija y era que se la estaba tragando entera y cada vez más con cada envión. Todo eso que estaba haciendo Daniel me ponía a mil. Dentro de mí sentía cosas que nunca había experimentado ni en ninguna de mis muchas pajas... ¿Qué pasó después? Bueno, él se sentó en mi pija y comenzó a moverse con un muy buen ritmo (el cual costó adquirir al principio)... Se movía despacio, lento, de momentos rápido, lo gozaba hasta que no pude aguantar más y estallé dentro suyo llenándole de leche su duro y lampiño culo...
Después de eso yo me dispuse a ayudarle a acabar y sin ningun reparo y aunque nunca lo había hecho ni había visto hacerlo ni mucho menos había deseado hacerlo, le comencé a chupar la pija. La tenía muy dura y bien recta, se le pegaba al pubis y era larga pero fina. Me encantaba tenerla en mis manos y por eso sin dudarlo me la metí en la boca y se la chupé con mucho gusto. Yo se la seguía chupando y a la vez alternaba con muy buenas pajas. Él aguantó lo más que pudo y acabó en mi mano (ya que no me animé a que lo hiciera en mi boca, al menos todavía no me animaba). Después de eso, nos limpiamos bien y nos "acostamos a dormir", pero esta vez en serio.
De esa forma fue como perdí mi virginidad. De la manera más espléndida (al menos para mi) y menos pensada. En ese momento descubrí que me gustaban los chicos y que a lo mejor siempre me habían gustado por algunas cosas que comencé a pensar y a recordar desde entonces.
Bueno, esa fue la primera vez que estuve con otro chico, con mi primo aunque no fue la última. Seguimos haciendo esas "cosas" por lo menos dos años más, pero me fui dando cuenta que para él "sólo era jugar al hombre y a la mujer". Hoy, él está en pareja con una muy linda chica y están esperando su segundo hijo/a.
Pese a eso, yo aún lo recuerdo muy bien y si lo veo le saludo bien, aunque del tema nunca más hablamos, aunque debo confesar que me encantaría volverlo a hacer con él. Repito, para él era un juego, pero para mi era como tocar el cielo con las manos.
Acepto críticas y/o comentarios, escríbanme.
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Viernes, 5 de septiembre del 2008
Eduardo nos cuenta : Mi primo me desvirgó
Cuando yo tenía como 18 años, ya no era virgen en el aspecto sexual; a esa edad la más puta de las chicas de la secundaria ya me había enseñado a coger. Me había dejado penetrarla incluso por el ano, así que yo me sentía muy experimentado. Tuve un par de novias con las cuales aplicar mis conocimientos sexuales, y así pasaba mi adolescencia muy tranquilamente.
Hasta que un día, mis padres renovaron su amistad con unos tíos que hacía años no les hablaban, y tomaron la costumbre de salir cada viernes a bailar con ellos, así que todas las noches de viernes las pasaba en casa de mis tíos, compartiendo la cama con mi primo Arturo, quien en esa época tenía veinte años.
Arturo era un chico normal, o eso pensaba yo, y las primeras noches las pasábamos contándonos nuestras experiencias en el terreno sexual, así que fue muy natural que él consiguiera películas pornográficas.
Veíamos cintas en las que una chica cogía con dos o tres hombres, así que era penetrada por vagina y ano, y además mamaba gruesas y largas vergas. Esas imágenes nos calentaban mucho, y al principio nos daba pena masturbarnos uno frente a otro, pero nos poníamos tan calientes que fue inevitable que acabáramos haciéndolo. La primera vez que me atreví a hacerlo frente a él, noté que se fijaba mucho en mi miembro, y que pasaba más tiempo viendo mi pene que la película.
Por ese ejemplo, me atreví a ver su pene, que era mucho más desarrollado que el mío, y llenaba la habitación de un olor muy penetrante. Una noche, al terminar la película y acostarnos, él me preguntó que si nunca había sentido deseos sexuales hacia los hombres. Yo le respondí la verdad, o sea que no, porque un hombre, según me parecía, no podía competir con una mujer en la cama.
Él sin más me confesó que si tenía a veces ganas de tocar una verga, y me dijo que si yo tocaba la suya, el tocaría la mía. No me pareció el trato, y nos dormimos sin que pasara nada.
A la próxima semana, todo ocurrió normalmente, pero a la hora de masturbarnos él me dijo que si yo no quería, pues que al menos lo dejara masturbarme a mí. Accedí y él puso la película, y yo me senté frente a la televisión, con los pantalones y calzones en las rodillas, mientras él arrodillado frente a mí, masajeaba mi verga con ambas manos. Lo hacía con mucha suavidad, y a veces una de sus manos jugaba con mis huevos, calentándome mucho.
Por momentos mis ojos dejaban la pantalla y se encontraban con los suyos, y me sentía tan caliente, que pensaba que nunca había tenido un placer así, a pesar de que mi novia me hacía lo que yo le pedía. Él se había desnudado, y yo notaba su erección, que era terrible, la piel de la cabeza de su verga parecía que iba a reventar en cualquier momento.
Sin decirle palabra, con un gesto, lo invité a acercarme ese miembro, y comencé a masturbarlo suavemente, sintiéndolo caliente en mis manos. Yo fui el primero en eyacular, llenando las manos de Arturo de un chorro de caliente leche, que se bebió inmediatamente, así que yo le imprimí mayor velocidad a mis manos para hacerlo venir a él, y cuando lo logré, por la posición en que estábamos su esperma me cayó en el pecho, pero yo no lo tomé, sino que fui al baño a limpiarme.
Nos acostamos, y él me preguntó que si me había gustado. Yo le dije que si, pero que tenía sueño, así que en sus brazos me dormí muy feliz. El próximo viernes, ya ni siquiera rentamos película, sino que desde que nos quedamos solos, corrimos a la cama a desnudarnos y repetir la escena de la semana anterior, al terminar, él me preguntó que si quería que hiciéramos el sesenta y nueve.
La verdad es que una cosa era tocar, y otra muy diferente mamar, así que le dije que no me sentía listo para eso. El me dijo que estaba bien, que no quería presionarme a nada, me besó en los labios (cosa que no me disgustó nada) y nos dormimos muy juntos.
A la semana siguiente, él en vez de masturbarme, me hizo la mamada más deliciosa de la vida, a pesar de que yo le dije que yo no haría lo mismo por él; pero pasó igual que con la masturbación: acabé deseándolo, y al fin me atreví a meterme esa verga en mi boca.
Me arrodillé frente a él, y al principio sólo la olí, y como el olor me gustó, pues procedí a meterla entera en mi boca, mientras que con mi mano izquierda masajeaba sus huevos y con la derecha lo masturbaba. De repente una ola caliente llenó mi boca, y desde ese momento decidí que lo mío eran los hombres.
Terminé con la novia que tenía, y empezamos a buscar pretextos para vernos a media semana. Claro que no terminó ahí, pero dejaré lo demás para otras ocasiones.
Hasta que un día, mis padres renovaron su amistad con unos tíos que hacía años no les hablaban, y tomaron la costumbre de salir cada viernes a bailar con ellos, así que todas las noches de viernes las pasaba en casa de mis tíos, compartiendo la cama con mi primo Arturo, quien en esa época tenía veinte años.
Arturo era un chico normal, o eso pensaba yo, y las primeras noches las pasábamos contándonos nuestras experiencias en el terreno sexual, así que fue muy natural que él consiguiera películas pornográficas.
Veíamos cintas en las que una chica cogía con dos o tres hombres, así que era penetrada por vagina y ano, y además mamaba gruesas y largas vergas. Esas imágenes nos calentaban mucho, y al principio nos daba pena masturbarnos uno frente a otro, pero nos poníamos tan calientes que fue inevitable que acabáramos haciéndolo. La primera vez que me atreví a hacerlo frente a él, noté que se fijaba mucho en mi miembro, y que pasaba más tiempo viendo mi pene que la película.
Por ese ejemplo, me atreví a ver su pene, que era mucho más desarrollado que el mío, y llenaba la habitación de un olor muy penetrante. Una noche, al terminar la película y acostarnos, él me preguntó que si nunca había sentido deseos sexuales hacia los hombres. Yo le respondí la verdad, o sea que no, porque un hombre, según me parecía, no podía competir con una mujer en la cama.
Él sin más me confesó que si tenía a veces ganas de tocar una verga, y me dijo que si yo tocaba la suya, el tocaría la mía. No me pareció el trato, y nos dormimos sin que pasara nada.
A la próxima semana, todo ocurrió normalmente, pero a la hora de masturbarnos él me dijo que si yo no quería, pues que al menos lo dejara masturbarme a mí. Accedí y él puso la película, y yo me senté frente a la televisión, con los pantalones y calzones en las rodillas, mientras él arrodillado frente a mí, masajeaba mi verga con ambas manos. Lo hacía con mucha suavidad, y a veces una de sus manos jugaba con mis huevos, calentándome mucho.
Por momentos mis ojos dejaban la pantalla y se encontraban con los suyos, y me sentía tan caliente, que pensaba que nunca había tenido un placer así, a pesar de que mi novia me hacía lo que yo le pedía. Él se había desnudado, y yo notaba su erección, que era terrible, la piel de la cabeza de su verga parecía que iba a reventar en cualquier momento.
Sin decirle palabra, con un gesto, lo invité a acercarme ese miembro, y comencé a masturbarlo suavemente, sintiéndolo caliente en mis manos. Yo fui el primero en eyacular, llenando las manos de Arturo de un chorro de caliente leche, que se bebió inmediatamente, así que yo le imprimí mayor velocidad a mis manos para hacerlo venir a él, y cuando lo logré, por la posición en que estábamos su esperma me cayó en el pecho, pero yo no lo tomé, sino que fui al baño a limpiarme.
Nos acostamos, y él me preguntó que si me había gustado. Yo le dije que si, pero que tenía sueño, así que en sus brazos me dormí muy feliz. El próximo viernes, ya ni siquiera rentamos película, sino que desde que nos quedamos solos, corrimos a la cama a desnudarnos y repetir la escena de la semana anterior, al terminar, él me preguntó que si quería que hiciéramos el sesenta y nueve.
La verdad es que una cosa era tocar, y otra muy diferente mamar, así que le dije que no me sentía listo para eso. El me dijo que estaba bien, que no quería presionarme a nada, me besó en los labios (cosa que no me disgustó nada) y nos dormimos muy juntos.
A la semana siguiente, él en vez de masturbarme, me hizo la mamada más deliciosa de la vida, a pesar de que yo le dije que yo no haría lo mismo por él; pero pasó igual que con la masturbación: acabé deseándolo, y al fin me atreví a meterme esa verga en mi boca.
Me arrodillé frente a él, y al principio sólo la olí, y como el olor me gustó, pues procedí a meterla entera en mi boca, mientras que con mi mano izquierda masajeaba sus huevos y con la derecha lo masturbaba. De repente una ola caliente llenó mi boca, y desde ese momento decidí que lo mío eran los hombres.
Terminé con la novia que tenía, y empezamos a buscar pretextos para vernos a media semana. Claro que no terminó ahí, pero dejaré lo demás para otras ocasiones.
Gustavo Figueroa nos cuenta: Mejor amigo de mi padre...
Ciertamente un día de verano que descansaba de un año muy difícil en la universidad, tenía 20 años, sonó el teléfono, era el mejor amigo de mi padre (hasta ese momento) que por encargo de él me solicitaba si le podía ayudar a arreglar unos papeles en la oficina. Como era verano fui con pantalones cortos (bermudas) cuando llegué un tipo que iba saliendo me dijo está en la última oficina , toqué a la puerta y desde adentro escuché una voz que decía pase, allí recostado en un sofá estaba el amigo de mi padre que la verdad yo no le veía desde niño, era estupendo, tendría unos 45 años, atlético, 1.80 de estatura y unos 75 kilos.
Mirándome dijo: hola hijo qué grande estás, ya eres todo un hombre y me miró a los ojos, me puse un poco nervioso ya que me miraba de pie a cabeza par detenerse en mi bragueta, se dio cuenta de mi nerviosismo y tomándome del hombro me dijo relájate; No muerdo," bueno si no quieren" y soltándome, voy a cambiarme de ropa porque en archivo hay mucho polvo, y se quitó los pantalones y para mi sorpresa andaba sin slip y sin ningún pudor mostró su verga, yo me espanté y quise irme inmediatamente, él reacciona tomando mi mano y se la lleva hasta su verga que ya estaba semi erecta, entonces me dice quítate los pantalones y trató de bajármelos, yo le hice un lado tratando de impedirlo entonces él me aprieta contra su cuerpo y me dice ¡nunca pensé que estabas tan apetecible!
Me da un tremendo beso, se lo respondí, la verdad es que me estaba gustando y a la vez calentando estar entre esos brazos tan cálidos. Él se separa de mí y termina de sacarse la camisa, tenía tantos pelos en el pecho que parecía un verdadero oso, al verlo así desnudo frente a mí, la erección se me hizo más notoria bajo el pantalón, entonces él me agarra mi verga por encima y me dijo: ¿ si quiere sacarse la ropa mi nene? Suavemente me quitó la camisa mientras me besaba, luego abrió mi bragueta y mi pantalón cayó al suelo, mordisqueó mi verga por encima del slip hasta que me los sacó y viendo mi tremenda erección dijo ¡¡¡qué grande y gorda que la tienes! La tienes igual que y se quedó callado, ¿igual que quién? pregunté, olvídalo me dijo, es un pensamiento en voz alta, y se metió toda mi herramienta en la boca que mide 21, la suya medía unos 15 y no tan gruesa como la mía, me la chupaba mientras se pajeaba.
Al cabo de un rato se detuvo y me dijo acuéstate en la alfombra boca arriba y mojando con su saliva su ano y mi verga se sentó sobre ella lentamente hasta que se la tragó completamente y comenzó él sube y baja haciéndome gemir de placer mientras él se masturbaba muy rápido dando gemidos que me hacían gozar más, finalmente no aguanté más y me vine dentro del soltando toda mi leche en sus entrañas dando gritos que él calló dándome un beso mientras sentía algo caliente correr por mi pecho, era su semen que acababa de derramar. De pronto se levantó del piso y miró su reloj y me dijo ándate al baño a lavarte y te vistes que tu padre no tarda en llegar, me dirigí al baño y justo que yo entro escucho la voz de mi padre que le dice a Marcos (así se llama él) ¡cómo se te ocurre estar así!, no ves que mi hijo ya debe estar por llegar, entonces él le trata de decir que ya estoy ahí, y trato de escuchar pero como no lograba oír lo que decían decidí entreabrir la puerta del baño para ver que estaba pasando, cual fue mi sorpresa, Marcos estaba de rodillas chupándole la verga a mi padre solamente en slip, le dijo para que mi hijo puede llegar, él le dice no te preocupes que avisó que no podía venir porque estaba con un compañero de la universidad que lo estaba visitando y va a venir mañana.
Marcos se levantó y trató de darle un beso pero mi papá lo esquivó diciéndole, me encanta que me lo mames pero besos solamente para mi mujer, entonces por esta vez dame por el culo, ya hemos hablado de eso, solamente dejaré que me la mames, tú sabes que todos los demás privilegios son de mi esposa, me sentí contento que mi padre dijera eso, en parte respetaba un poco a mi madre. Finalmente siguió con su tarea de chupárselo a mi padre y juntos acabaron. Sobre su cara lo hizo mi padre, la verdad me calentó mucho verle la verga a mi padre lanzándole su leche en el rostro de su amigo y ahí comprendí por qué me había dicho anteriormente Marcos que mi verga era igual "que la de mi padre ", cosa que pude comprobar con mis propios ojos.Mi padre se subió los pantalones y le dijo me voy porque me dieron ganas de hacerle el amor a mi mujer, entonces Marcos le dice espérate quiero que me dejes unos archivos de clientes que necesito urgente para mañana, bueno le dijo él me adelanto mientras tú te vistes. Salgo de baño y él me dice, vete inmediatamente para tu casa para que tu padre no sospeche nada y dándome un beso y agarrón por el culo me despide diciéndome que al otro día me explicaría todo sobre su relación con mi padre.
Ya estando en casa me sentí aliviado ya que mi madre no estaba y podría mentir sobre la visita de mi amigo, cosa que mi padre preguntó para confirmar lo que Marcos le había dicho. Como comprenderán fui a la mañana siguiente y él me explicó que hacía unos 3 años, que mi padre lo había sorprendido en la oficina mamándole la verga a un joven empleado y que le propuso que se la mamara a él para saber qué se sentía ya que siempre se lo proponía a mi madre y nunca aceptó y por eso que de vez en cuando lo hacen.Para qué les cuento cómo lo pasamos aquel día, me invitó a un motel después de terminar de ordenar los archivos, lo hicimos en todas las posiciones que se nos ocurrieron. Desde ese día mantuvimos relaciones por un tiempo ya que mis estudios no coincidían con su trabajo, además que mi padre estaba sospechando un poco porque me llamaba muy seguido a casa.
Mirándome dijo: hola hijo qué grande estás, ya eres todo un hombre y me miró a los ojos, me puse un poco nervioso ya que me miraba de pie a cabeza par detenerse en mi bragueta, se dio cuenta de mi nerviosismo y tomándome del hombro me dijo relájate; No muerdo," bueno si no quieren" y soltándome, voy a cambiarme de ropa porque en archivo hay mucho polvo, y se quitó los pantalones y para mi sorpresa andaba sin slip y sin ningún pudor mostró su verga, yo me espanté y quise irme inmediatamente, él reacciona tomando mi mano y se la lleva hasta su verga que ya estaba semi erecta, entonces me dice quítate los pantalones y trató de bajármelos, yo le hice un lado tratando de impedirlo entonces él me aprieta contra su cuerpo y me dice ¡nunca pensé que estabas tan apetecible!
Me da un tremendo beso, se lo respondí, la verdad es que me estaba gustando y a la vez calentando estar entre esos brazos tan cálidos. Él se separa de mí y termina de sacarse la camisa, tenía tantos pelos en el pecho que parecía un verdadero oso, al verlo así desnudo frente a mí, la erección se me hizo más notoria bajo el pantalón, entonces él me agarra mi verga por encima y me dijo: ¿ si quiere sacarse la ropa mi nene? Suavemente me quitó la camisa mientras me besaba, luego abrió mi bragueta y mi pantalón cayó al suelo, mordisqueó mi verga por encima del slip hasta que me los sacó y viendo mi tremenda erección dijo ¡¡¡qué grande y gorda que la tienes! La tienes igual que y se quedó callado, ¿igual que quién? pregunté, olvídalo me dijo, es un pensamiento en voz alta, y se metió toda mi herramienta en la boca que mide 21, la suya medía unos 15 y no tan gruesa como la mía, me la chupaba mientras se pajeaba.
Al cabo de un rato se detuvo y me dijo acuéstate en la alfombra boca arriba y mojando con su saliva su ano y mi verga se sentó sobre ella lentamente hasta que se la tragó completamente y comenzó él sube y baja haciéndome gemir de placer mientras él se masturbaba muy rápido dando gemidos que me hacían gozar más, finalmente no aguanté más y me vine dentro del soltando toda mi leche en sus entrañas dando gritos que él calló dándome un beso mientras sentía algo caliente correr por mi pecho, era su semen que acababa de derramar. De pronto se levantó del piso y miró su reloj y me dijo ándate al baño a lavarte y te vistes que tu padre no tarda en llegar, me dirigí al baño y justo que yo entro escucho la voz de mi padre que le dice a Marcos (así se llama él) ¡cómo se te ocurre estar así!, no ves que mi hijo ya debe estar por llegar, entonces él le trata de decir que ya estoy ahí, y trato de escuchar pero como no lograba oír lo que decían decidí entreabrir la puerta del baño para ver que estaba pasando, cual fue mi sorpresa, Marcos estaba de rodillas chupándole la verga a mi padre solamente en slip, le dijo para que mi hijo puede llegar, él le dice no te preocupes que avisó que no podía venir porque estaba con un compañero de la universidad que lo estaba visitando y va a venir mañana.
Marcos se levantó y trató de darle un beso pero mi papá lo esquivó diciéndole, me encanta que me lo mames pero besos solamente para mi mujer, entonces por esta vez dame por el culo, ya hemos hablado de eso, solamente dejaré que me la mames, tú sabes que todos los demás privilegios son de mi esposa, me sentí contento que mi padre dijera eso, en parte respetaba un poco a mi madre. Finalmente siguió con su tarea de chupárselo a mi padre y juntos acabaron. Sobre su cara lo hizo mi padre, la verdad me calentó mucho verle la verga a mi padre lanzándole su leche en el rostro de su amigo y ahí comprendí por qué me había dicho anteriormente Marcos que mi verga era igual "que la de mi padre ", cosa que pude comprobar con mis propios ojos.Mi padre se subió los pantalones y le dijo me voy porque me dieron ganas de hacerle el amor a mi mujer, entonces Marcos le dice espérate quiero que me dejes unos archivos de clientes que necesito urgente para mañana, bueno le dijo él me adelanto mientras tú te vistes. Salgo de baño y él me dice, vete inmediatamente para tu casa para que tu padre no sospeche nada y dándome un beso y agarrón por el culo me despide diciéndome que al otro día me explicaría todo sobre su relación con mi padre.
Ya estando en casa me sentí aliviado ya que mi madre no estaba y podría mentir sobre la visita de mi amigo, cosa que mi padre preguntó para confirmar lo que Marcos le había dicho. Como comprenderán fui a la mañana siguiente y él me explicó que hacía unos 3 años, que mi padre lo había sorprendido en la oficina mamándole la verga a un joven empleado y que le propuso que se la mamara a él para saber qué se sentía ya que siempre se lo proponía a mi madre y nunca aceptó y por eso que de vez en cuando lo hacen.Para qué les cuento cómo lo pasamos aquel día, me invitó a un motel después de terminar de ordenar los archivos, lo hicimos en todas las posiciones que se nos ocurrieron. Desde ese día mantuvimos relaciones por un tiempo ya que mis estudios no coincidían con su trabajo, además que mi padre estaba sospechando un poco porque me llamaba muy seguido a casa.
Me desvirgué con dos compañeros de colegio en el gimnasio. Relato de Sergio
Estábamos los tres castigados en el gimnasio. Haciendo los ejercicios, con el roce entre nosotros Chaparro entró en erección. No le dimos importancia pero cuando me di cuenta vi que Chaparro tenía una mano frotando la verga de Víctor. Nadie decía nada, los tres estábamos deseando darnos placer.
Historia de DVS
Hace unos años, cuando era más jovencillo y bastante tímido me paso una historia. Un día como cualquier otro muy temprano por la mañana saliendo a toda de prisa de casa, para irme al curro. En ese entonces debía coger un autobús para que me llevara hasta allí. Pero como siempre sucedía iban a tope de gente. Debía coger ese autobús, porque, si lo dejaba pasar llegaría tarde. Voy me subo como puedo, solo logro sitio en la escalerilla de las puertas del autobús me cojo del hierro para no caer, vamos todos muy apretados. A la altura que me pude coger del hierro solo llegue a nivel del paquete de otro tio. A los pocos instantes de llevar la mano puesta ahí, empiezo a notar unos movimientos extraños y no es propio de los movimientos del autobús, estos eran muy suaves hechos con delicadeza y para que nadie más pudiera percatarse de que los hacia, salvo a quien iban dirigidos. Muy pronto noto una presión más fuerte y cada vez más dura contra mi mano. Yo estaba muy cortado no me creía lo que me estaba pasando, pensaba que si sacaba la mano ó algo se iban a dar cuenta el resto de las personas. Mi timidez de entonces me impedía mirarle a la cara, pero, luego de un momento me animé a mirarle cuidadosamente para evitar que se diera cuenta. Le veo, un chaval joven, vestido de traje y bastante guapo. Pienso, pues no quitare la mano. Él seguía con sus suaves movimientos entonces podía sentir, traspasar aquella delicada y fina tela del pantalón todo aquello que había de tras estaba fuerte, viril, excitado, entonces moví mis dedos muy lentamente para que notara que respondía a su excitación, él siguió, hasta el momento que ya era la hora de su parada. Todos los que estábamos allí tuvimos que movernos para dejarle salir, yo esperaba alguna respuesta cuando pasara por mi lado pero nada, solo una mínima mirada y su camino libre. Pero al girar la cabeza a mirarle le vi, cogido de la mano de su novia que en todo momento es tubo a su lado
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