Hola, mi nombre es Sebastián y tengo 25 años. Soy de una gran ciudad de Argentina que no es Buenos Aires ni Rosario. Soy gay desde hace ya varios años aunque como he oído o leído por ahí todavía no he salido del "closed". Ésta, más que una historia, es una anécdota, ya que es totalmente verídica. Corría el verano del 2002 y oh casualidad! estaba con gripe, motivo por el cual estaba en cama...
Llegó mi primo Eduardo de unos 30 años a visitarnos y vino con otro primo en común: Nicolás, que es casi un año mayor que yo. Nos pusimos a conversar en la habitación, que por cierto en esa época por razones de fuerza mayor (familiares) yo tenía que compartir con mi mamá. Todo iba bien hasta que con Nico nos pusimos a hablar de sexo y salió a colación el tema del "tamaño"... Yendo y viniendo en el tema, le propuse a mi primo que nos las mostráramos, si, a las respectivas pijas y ya se nos habían parado a ambos. Sólo nos las miramos y nos hicimos chistes, pero yo se la toqué porque me llamaba mucho la atención, era apenas más grande que la mía y doblada hacia un costado... esto aconteció un día de semana...
Dos fines de semana después, viene a casa de nuevo mi primo pero esta vez con su hermano Daniel, casi un año menor que yo, mucho más delgado que Nicolás y medio rubiecito. Yo siempre tuve mayor afinidad y amistad con él que con Nicolás, pero nunca pensé que podría suceder lo que sucedió... Como de costumbre, nos encerramos solos en la habitación de mis hermanos y nos pusimos charlar. Nicolás se quedó en la cocina con los demás. La conversación tomó un rumbo inesperado y que ni deseé, Dani comenzó a hablar de sexo y se me paró y le conté lo que habíamos hecho con el hermano. Él me propuso hacer lo mismo pero mejor... Me dijo: "Yo me quedo a dormir en estos días y jugamos a ser hombre y mujer y..." ya se darán cuenta de lo que seguía en la propuesta. Yo acepté sin dudarlo y unos días después Daniel vino a quedarse a dormir. Para ello preparamos un colchón en el garage de casa según nosotros para no molestar al conversar de noche.
Cuando ya todos estuvieron dormidos y obviamente nosotros acostados, nos quitamos la ropa quedando sólo en calzoncillos. Comenzamos a acercarnos y de la nada él me propone besarnos. Para ser más chico que yo parecía tener muy claro qué hacer aunque se notaba que estaba un tanto nervioso también por la situación. Yo en ese entonces di mi primer beso ¡y que beso! Él se puso encima de mí y me besaba, yo entonces cambié de actitud y me subí encima suyo. Lo disfrutábamos mucho. Se levantó un poco y se metió el calzoncillo en el culo como si fuera una tanga y me tomó de las manos para que yo se lo acariciara. Yo comencé a besarlo frenéticamente. En eso me da vuelta, para que yo quedé mirando el techo, se pone a la altura de mi pija y me empieza a bajar la ropa interior. Mi pija ya estaba a full.
Para continuar calentándome comenzó a besar en las inmediaciones de mi pija, me besaba por encima del vello púbico hasta que empezó a besar mi glande y su raja... ¡Ay que sensación! Yo suspiraba hasta que de pronto siento que un calor invade mi pija y era que se la estaba tragando entera y cada vez más con cada envión. Todo eso que estaba haciendo Daniel me ponía a mil. Dentro de mí sentía cosas que nunca había experimentado ni en ninguna de mis muchas pajas... ¿Qué pasó después? Bueno, él se sentó en mi pija y comenzó a moverse con un muy buen ritmo (el cual costó adquirir al principio)... Se movía despacio, lento, de momentos rápido, lo gozaba hasta que no pude aguantar más y estallé dentro suyo llenándole de leche su duro y lampiño culo...
Después de eso yo me dispuse a ayudarle a acabar y sin ningun reparo y aunque nunca lo había hecho ni había visto hacerlo ni mucho menos había deseado hacerlo, le comencé a chupar la pija. La tenía muy dura y bien recta, se le pegaba al pubis y era larga pero fina. Me encantaba tenerla en mis manos y por eso sin dudarlo me la metí en la boca y se la chupé con mucho gusto. Yo se la seguía chupando y a la vez alternaba con muy buenas pajas. Él aguantó lo más que pudo y acabó en mi mano (ya que no me animé a que lo hiciera en mi boca, al menos todavía no me animaba). Después de eso, nos limpiamos bien y nos "acostamos a dormir", pero esta vez en serio.
De esa forma fue como perdí mi virginidad. De la manera más espléndida (al menos para mi) y menos pensada. En ese momento descubrí que me gustaban los chicos y que a lo mejor siempre me habían gustado por algunas cosas que comencé a pensar y a recordar desde entonces.
Bueno, esa fue la primera vez que estuve con otro chico, con mi primo aunque no fue la última. Seguimos haciendo esas "cosas" por lo menos dos años más, pero me fui dando cuenta que para él "sólo era jugar al hombre y a la mujer". Hoy, él está en pareja con una muy linda chica y están esperando su segundo hijo/a.
Pese a eso, yo aún lo recuerdo muy bien y si lo veo le saludo bien, aunque del tema nunca más hablamos, aunque debo confesar que me encantaría volverlo a hacer con él. Repito, para él era un juego, pero para mi era como tocar el cielo con las manos.
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