Yo me llamo Adolfo, siempre fui un chico normal, un verano me llevaron mis padres a Córdoba a pasar quince días a casa de mi tía Pepita que tenía un solo hijo de veintiún años.-
Él como mayor que era se hizo cargo de mí.-Nos dimos un paseo por la orilla del rio, me invitó a un helado y después nos fuimos para casa.-Como en Córdoba hace mucho calor, me propuso que nos ducháramos y así hicimos, nos metimos en el cuarto de baño y él se desnudó por completo, yo lo miraba a través del espejo y observé la polla tan grande que tenía, se estuvo enjabonando y cada vez se le ponía mas grande.-
Entonces me pidió que me desnudara y me metiera en la ducha con él, yo sentía como el agua me corría por todo el cuerpo, un cuerpo sin un pelo, solo en la región púbica tenia una frondosidad morena, él de broma me echaba agua y me restregaba la esponja, de vez en cuando notaba una piel muy suave que me daba toques en el culo, me dio vergüenza y me salí para secarme.-
Después de cenar, él salió a la terraza a fumarse un cigarrillo y después nos fuimos a su cuarto ya que se suponía que dormiríamos en su cama, una cama grande antigua con sábanas frescas y blancas.- Él se desnudó por completo y se acostó, yo abrí la maleta para buscar el pijama y él se echó a reír, diciéndome que los jóvenes deportista se acostaban encueras.-
Así hice, apagó la luz y yo le di las buenas noches y le dije que estaba muy cansado y que cuando cogiera el sueño ni un cañón me despertaría.- A los diez minutos oí como me llamaba, primero muy quedamente y después más fuerte, yo me hacía el dormido a ver como terminaba esto, sentía una curiosidad muy grande a lo desconocido.-
Mi primo me cogió la mano derecha y me la apretó para comprobar mi grado de somnolencia, después lentamente tiró de ella hasta llevarla hasta su polla, con mucho cuidado me fue cerrando los dedos hasta abrazarla por entero, entonces me di cuenta la polla tan enorme que tenía, la sentía palpitar y latir en la palma de mi mano, estaba muy caliente.-La respiración de mi primo se hizo muy agitada y me cogía la muñeca para que yo le subiera y le bajara la piel suave de su carajo.-
Yo a pesar de hacerme el dormido profundo no aflojaba los dedos porque me di cuenta de que me gustaba aquello y que yo tenía también la polla tiesa.-De pronto lanzó un quejido y me apartó la mano bruscamente, me di cuenta que se estaba corriendo no sin antes dejarme una gota de su leche pegajosa.- A los pocos minutos se quedó dormido pesadamente y entonces me masturbé yo...
Al día siguiente nos fuimos a ver un concurso de pesca, él se comportaba como distraído pero me estuvo invitando toda la mañana.-Por la tarde después de comer me dijo que si me apetecía echar una siesta, le dije que sí que yo la echaba siempre.-Otra vez el mismo ritual, se puso en pelotas y yo también, me hice el dormido y otra vez cogió mi mano, yo estaba deseando que lo hiciera, así que al iniciar el movimiento de subida y bajada, eran tantos los deseos que yo tenía de hacerlos que por mi cuenta le estaba haciendo una paja, él se dejó hacer hasta que se corrió en mi mano, después noté como me la limpiaba con un toalla.-
Por la tarde fuimos al cine y me preguntó que si alguna vez había tenido contactos con hombres, naturalmente le dije que no, que solo una vez hacía un año un amigo me había hecho una paja y yo se la había hecho a él.-No me dijo nada.-Por la noche estuvimos cenando y él se fue a la terraza a fumarse su cigarrillo, en la mano llevaba un vaso con un cuba libre, me dio a beber unos sorbos y como vio que me gustaba, me preparó otro, me lo bebí a largos tragos porque estaba riquísimo y empecé a tener una erección pensando en lo que vendría después.-
Nos desnudamos y de reojo miraba la entrepierna de mi primo y le veía a polla completamente empalmada, no sé porque me dio miedo, nos metimos en la cama y sin decir palabra, sabiendo que estaba despierto mi primo me puso la polla en la mano, yo empecé a darle y a hacerle una paja, notaba que me recorría por la espalda como una corriente eléctrica al notar ya a placer la longitud y el grosor de su miembro, él entonces me puso de espaldas a él, me separó las piernas y me la metió entre ellas, empezó a moverse cada vez con más ímpetu hasta que se corrió entre mis muslos, cuando me sentí la leche caliente entre ellos yo también me corrí.-Todo esto sin cruzar una palabra.
Al día siguiente fuimos por la mañana a jugar al billar, después me invitó a un vasito de vino y a unas tapas y después dos más, total que me mareé y llegué a casa de mi tía sin ganas de comer, ella no estaba y nos fuimos directamente al dormitorio, al desnudarse mi primo ya esta totalmente enhiesto su gran pollón, yo estaba sentado en la cama y él me lo acercó a la cara yo no sabía lo había que hacer, con su hermoso y suave glande me dio en los labios como si me los pintara, fue poco a poco haciendo presión hasta abrírmelos y metérmela en la boca.
Yo nunca se la había mamado a nadie y él me aconsejó que no le diera con los dientes, yo notaba como el glande se le inflamaba hasta sentir un violento chorro de leche en mi boca, quise sacarla porque me atragantaba pero él sentía tanto y tan fiero pacer que no me dejaba hasta terminar de correrse.-
Cuando la sacó me fui corriendo para el cuarto de baño y empecé a devolver, no devolvía porque me diera asco su leche, sino porque la polla me había llegado muy profunda en la garganta y me daban náuseas.-Mi primo vino a mi lado pidiéndome perdón y demostrando estar muy arrepentido yo le dije nada y me acosté a su lado, entonces ya sin timidez ninguna, le cogí su gran polla y empecé a sobarla lentamente, otra vez alcanzó su máxima robustez y me dijo que si intentaba metérmela por el culo.-
Yo me negué rotundamente porque tenía miedo a que me pudiera destrozar el esfínter con su enorme verga, entonces sin que me dijera nada se la empecé a chupar muy lentamente, él se puso las manos detrás de la nuca y me dijo que ya no ocurriría lo de la vez anterior pero que por favor, que cuando se estuviera corriendo no me la sacara de la boca.
Empecé como digo a mamársela muy lentamente acariciándole todo el glande con la lengua hasta írmelo metiendo poco a poco hasta notar una gotitas de sabor salino que me dejaban la boca áspera, de nuevo el glande se le hinchó y empezó a soltar chorreones de leche, yo me la iba tragando para no sacarme la polla de la boca y no quitarle ni ápice de placer.
Cuando sentí toda su leche en mi boca me dio tal placer que me corrí con violencia.-En ese instante oímos ruidos en la puerta de la casa, nos vestimos apresuradamente y resultó que eran mis padres que venían para llevarme de viaje.-Mi primo me dijo que vendría a mi casa porque estaba enamorado de mí.
Ya hablaremos de esto otro día.
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